Un día de los 365 que tiene el año se lo dedicamos al Libro. Una cantidad ridícula comparada con todo lo que nos aporta el contenido de uno solo de ellos.
Desde que tengo cinco años, gracias a mi madre, descubrí que leer, comprender lo que leo y escribir es maravilloso.
Los adultos que tenemos, o hemos tenido, a nuestro cargo menores ponemos especial énfasis en que se laven los dientes tres veces al día, en que aprendan a atarse los cordones de los zapatos o en abrocharse los botones del baby de la guardería. Lo hacemos porque les queremos sanos y tratamos de inculcarles responsabilidad e independencia.
Les leemos cuentos, sí, pero tal vez nos despistemos en lo concerniente a enseñarles a leer y comprender lo que leen. Quizá porque no nos parece tan importante como lo es el hecho de irse a la cama solitos sin tener que dejar la luz encendida.
Hoy es el Día del Libro y te invito a leer con tu peque, aunque sólo sea una línea, entre los dos. A intentar transmitirle que dentro de un libro hay mil mundos por conocer esperándole, que descubrir todo eso es tan importante como beber en vaso, dormir sin chupete, o peinarse solo.
Prueba a leer con tus hijos, que conozcan las letras.
Cuéntame la experiencia.