Cayó el telón, ya no había nada más que decir, alguna confesión se quedó sin pronunciar, algún secreto sin desvelar, algún amor oculto saldrá a la luz, como las miserias, los egoísmos y banalidades.
Cada espectador tendrá su propia versión de la función, como la tuvieron quienes la interpretaron sobre las tablas, e incluso quien la escribió.
Cayó el telón, toca recoger los bártulos, los decorados, el maquillaje, los gestos estudiados, las miradas ensayadas y hasta las voces impostadas para crear un drama de ficción.
Mañana, tal vez, ¿quién sabe?, el telón vuelva a izarse.
Galiana